
Vemos con preocupación el recrudecimiento de la Emergencia Humanitaria a nivel nacional. En el Tolima, se manifiesta en diversos aspectos alarmantes: los crecientes feminicidios en Ibagué y el departamento; las presuntas ejecuciones de montajes judiciales contra campesinos y campesinas, quienes son presentadxs como supuestxs miembros de las bandas ex-FARC. Asimismo, es alarmante la presencia y operatividad de bandas paramilitares en el norte y sur del Tolima, evidenciada en diferentes acciones, tales como, la entrega de panfletos intimidatorios en Ibagué, la presencia e injerencia del clan del golfo dentro y fuera de la institucionalidad municipal y departamental, sumándole la creciente amenaza a los liderazgos sociales y ambientales por medio de panfletos y otros mecanismos de perfilamiento, persecución y estigmatización.
Desde el 2022 vinimos denunciando estas diferentes situaciones de violencia, represión y adoctrinamiento a nivel departamental como nacional, pues las promesas de cambio alrededor del plan de desarrollo 2022-2026, llamado “Colombia potencia mundial de la vida” se han estancado e incluso han retrocedido, sus escasos avances se limitan a los decretos presidenciales, mientras que en el Congreso de la República tumban o archivan las reformas que buscan materializar ese plan de gobierno, fruto de los estallidos sociales del 2019, 2020 y 2021.
Además, la reproducción de la doctrina del enemigo interno y la defensa del modelo económico capitalista por el actual gobierno nacional, ahonda los conflictos sociales que causan y perpetúan el conflicto armado. A nivel departamental, el clan familiar Barreto, junto a otros sectores como el representado por Hurtado, Yepes, los gremios económicos y multinacionales del monocultivo y del sector minero-energético, gobiernan bajo la represión y el engaño mediático, con el objetivo de seguir aumentando su riqueza privada y vender al territorio en detrimento de la vida y los bienes naturales.
Por ello, multinacionales como Parex, Telpico, Maurel y Prom, Outocrop Gold Corp, Holcim, junto con empresas privadas como Camposol, Green Superfood, forman parte de la red multinacional tanto histórica como reciente, dedicadas a saquear y destruir nuestro territorio. Nada bueno esperamos de estos actores económicos privados y familiares, pues sus principales intereses son la incrementación de su riqueza, controlar el territorio, destruir, desaparecer y eliminar cualquier foco de resistencia y rebeldía que se oponga a sus planes o no se alinee con ellos.
Frente a esto, proponemos:
– Es fundamental apropiarnos colectivamente de los mandatos para la Vida Digna, construidos desde el 2010, como alternativa de vida para las comunidades y sectores sociales que luchan por transformar la realidad en los territorios. Estos mandatos no son únicamente del Congreso de los Pueblos, son de todos y todas aquellas que construyen otra sociedad y otro mundo para vivir en tranquilidad y ser felices.
– Es necesario construir y fortalecer los mecanismos de protección colectiva en los barrios y veredas para enfrentar los aparatos estatales y paramilitares que controlan la cotidianidad por medio de la militarización de la vida y la naturalización de las diversas formas de violencia.
– Debemos fortalecer e incrementar la movilización en las calles y en los espacios públicos para defender nuestras apuestas alternativas de sociedad, más aún, para exigir los cambios radicales que tanto el Congreso de la República, la Corte Constitucional y el resto de los aparatos estatales se oponen a materializar, aferrándose a sus propias reglas de juego democrático-burguesas.
– Reactivar las asambleas populares como verdaderos escenarios de poder de los pueblos, que alimenten el “proceso constituyente” desde un enfoque popular, autónomo y alternativo.
– Aumentar y cuidar los espacios de unidad de los sectores sociales y políticos que apunten a construir un movimiento social y político diverso, crítico, rebelde y transformador, pero no para seguir aplaudiendo caudillos sino para empujar la historia más allá de unas reformas, más allá de unos decretos, más allá de las propuestas de campaña, y apunte a la sociedad libre, soberana y con un gobierno realmente popular.
Congreso de los Pueblos – Tolima