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por Camilo Katari
En 1962 el periodista boliviano Paulovich, pseudónimo de Alfonso Prudencio Claure (1927 – 2019), publicó su libro “Rosca, Rosca ¿Qué estás haciendo?”, un compilado de su columna “La noticia de Perfil”. La figura de Paulovich -militante del MNR- recibió, muchas críticas, especialmente por su apoyo al proceso neoliberal. Nosotros nos quedamos con el tratamiento del humor que aplicaba al análisis político, social y económico del país.
En el libro citado, Paulovich en uno de los artículos que da título al libro, pregunta a la “rosca” (la oligarquía boliviana, dueña del poder económico):
“-Jugaremos en el bosque hasta que salga la rosca…Rosca, Rosca, ¿qué estás haciendo….?
-Estoy administrando las minas nacionalizadas…
“-Jugaremos en el bosque hasta que salga la rosca…Rosca, Rosca, ¿qué estás haciendo….?
-Estoy peleando entre campesinos…..
“-Jugaremos en el bosque hasta que salga la rosca…Rosca, Rosca, ¿qué estás haciendo….?
-Nos estamos dividiendo y subdividiendo en el MNR…”
En cada verso Paulovich va detallando cómo la “rosca” se había incrustado en el gobierno del MNR, cómo conspiraba para derrocarlo (cosa que logró en 1964) y las acciones que desarrollaba, por ejemplo, apedreaban la Embajada de Estados Unidos y por otra parte pedía hornos de fundición a Rusia. De igual manera se ocupaba de dividir al sindicalismo campesino y de adiestrarlos militarmente. Al final del texto y como moraleja Paulovich señala: “Estábamos pensando que en ocho años la Rosca yacía en su lecho del dolor, pero a fuerza de declaraciones oficiales vamos a tener que admitir que la Rosca es inmortal”. Podemos decir lo mismo de las actuales oligarquías regionales, que luego de 14 años del “proceso de cambio” siguen vivitas y conspirando.
La historia es esa cotidiana pugna de las contradicciones generadas en la sociedad y estudiadas por C. Marx, para desechar las creencias de que las sociedades obedecen a leyes naturales y que unos están destinados a mandar y otros a obedecer, y desde siempre el humor, la sátira, y la ironía, han servido para reírse de los poderosos.
Salvando las distancias, podemos decir que los “pititas” de hoy son la “rosca” de ayer y se dedicaron y dedican a derrotar y enterrar a los movimientos sociales y su organización política. Por otra parte, las “pititas” junto a los actuales “masistas” (léase arcistas) tienen un gran hermano que todo lo ve, que todo lo escucha y va moviendo los hilos en el gobierno, y siguiendo muchas pistas y atando cabos podemos preguntar: “Álvaro, Álvaro ¿qué estás haciendo…?