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por Antonio Abal O.
Un gran sector de la población joven en Bolivia no debe tener idea de lo que fue la UDP, bueno, entonces un brevísimo repaso a la historia política del país.
La política boliviana sufre la primera gran sacudida en sus estructuras de Estado y sociedad en 1952. La rebelión popular impulsada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), partido político surgido en las arenas del Chaco y fue la tienda política más importante del siglo pasado (1952-2003). El MNR, por disputas internas, primero (V. Paz vs Walter Guevara) y luego por concepciones ideológicas (V. Paz vs J. Lechin), se divide y pierde su hegemonía política con el Golpe de René Barrientos (1964). Para que ocurra este golpe tiene un papel decisivo Hernán Siles Suazo, que tenía una tendencia más bien conservadora.
En 1979, cuatro mujeres mineras, a través de una huelga de hambre pusieron fin al ciclo de los golpes militares (1964 – 1979). Con la recuperación de la democracia en 1979, el MNR retorna a ser protagonista principal en la política boliviana, pero esta vez con dos fracciones, una de derecha MNR – V. Paz (que apoyó el golpe de Banzer), y otra de tendencia izquierdista (MNRI). Sobre la base MNRI, se organizó el Frente de Unidad Democrática y Popular (FUDP), más conocido como UDP, compuesto por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Partido Comunista de Bolivia (PCB) y otras organizaciones y grupos políticos de izquierda. Ahora bien, la UDP no fue la unidad de toda la izquierda boliviana debido a que se organizó otro frente político denominado Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), formado por el Partido Comunista Marxista Leninista pensamiento Mao Tse Tung (PCML), Vanguardia Obrera (VO), Partido Revolucionario de los Trabajadores de Bolivia (PRTB) y otras organizaciones y grupos de izquierda.
Luego de dos golpes de Estado y dos interinatos en el gobierno, finalmente en 1982 la UDP llega al gobierno, siendo el primer gobierno de izquierda en Bolivia.
Las diferencias respecto a la política económica a implementarse, los conflictos internos entre partidos políticos (corrientes nacionalistas y marxistas), la oposición de la COB y las denuncias del Vicepresidente (Jaime Paz Zamora) que termina renunciando a su cargo, debilitaron políticamente a la gestión de gobierno de la UDP, mientras que los empresarios se ocupaban de sabotear la economía generando una de las inflaciones más grandes del continente. Todos estos hechos acumulados obligaron a Hernán Siles Zuazo a decidir el acortamiento de su mandato.
El acortamiento de mandato fue la confirmación del fracaso de la izquierda en el gobierno. Ser de izquierda en Bolivia era poco menos que el mismo diablo y claramente la gestión de la UDP construyó un sentido común de rechazo a toda organización y pensamiento de izquierda. Los dirigentes de entonces se enfrascaron en disputas internas y de parcelas de poder en el gobierno, perdiendo la necesaria mirada estratégica de cambio en la sociedad y Estado en Bolivia. En ese escenario la derecha boliviana capitalizó el descontentó y gobernó Bolivia por más de 20 años.
Hoy repetimos la historia, con algunos matices. Las disputas internas del bloque político (MAS-ISP) que reúne a parte de la izquierda boliviana, a organizaciones sociales y tendencias indianistas-indigenistas, se ha extraviado en la disputa del imaginario de poder concentrado en el gobierno, con el agregado de un proceso de prebendización de la representación social y la gestión pública con claros y demostrados casos de corrupción. Todo este contexto está construyendo la puerta de ingreso de la derecha como posibilidad de ser gobierno, sin olvidar que algunos sectores de la población son proclives al “voto castigo” que por supuesto engrosa la votación de la derecha política.
Estas notas no tienen el objetivo de plantear la “unidad” que de manera insistente se plantea, especialmente por parte del MAS oficialista, sino de recuperar el planteamiento estratégico del Instrumento político, que es la transformación del Estado, siendo el gobierno la herramienta para ese cambio, no el objetivo central de la acción política, que durante todo el ciclo neoliberal se fue acumulando en el seno de las organizaciones sociales, especialmente de pueblos originarios que luego dieron vida al IPSP.
Ese horizonte histórico planteado por el IPSP tiene en la actual Constitución el programa concreto de transformación, que no es otra cosa sino consolidar el Estado Plurinacional y una sociedad intercultural.
Cochabamba, a los 25 años de la Guerra del Agua.