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por Luis Casado
Tal vez te lo conté y luego se me le olvidó. Mi abuelo paterno, del cual mi viejo me contaba la inmensa ternura y cariño, era español. No sé exactamente de dónde, paré que de Madriz. Zapatero remendón era mi abuelo, la modestia personificada. Mi abuela murió en el parto, y la mala suerte y las privaciones – anda a saber – se llevaron al abuelo cuando mi padre tenía apenas seis años de edad.
Todas esas cosas, sumadas a la Radio Manuel Rodríguez de San Fernando en la que locuteaba el Chito Morales, y un programa imperdible – Cantares de España –, me dejaron un amor desconsiderado por los fandangos, las saetas, las bulerías, las seguidillas y otros pasos dobles.
Hoy por la mañana recibí de golpe dos o tres cosillas que me alegraron el día muy de madrugada. La primera, un fandango cantao por Rafael Hidalgo Romero, El Cabrero:
Es la que me dio la vida
La única escuela que tuve
Es la que me dio la vida
La lluvia, el sol y el silencio
Lo único que tenía
Frente a mí como maestro…
Lo que prueba que hay quien le rinde homenaje a las gentes simples, como mi padre, criados en la calle, en la escuela de la vida. ¡Qué ganas de ser creyente para decirle a Rafael Hidalgo Romero, El Cabrero: “Que Dios te guarde, hermano”!
Luego leí a mi mentiroso preferido, un gurú de la economía, un yanqui que trafica con asesorías y consejos para hacerse rico sin trabajar: John Mauldin.
Su última parida se titula “Why DeepSeek Is Bullish for the World”. Tú ya sabes, DeepSeek, una pinche empresa china que con un poco más de un IBM S/360 desarrolló una inteligencia artificial que dejó a Elon Musk y a Marck Zuckerberg con diarrea disentérica.
Las anunciadas inversiones que superan los tres centenares de miles de millones de dólares y la babosa especulación en Wall Street se detuvieron en un par de nanosegundos. La sabrosura de la nota de John Mauldin viene – como sucede frecuentemente –, de los ejemplos que ofrece y de los autores que cita, mira ver.
“Hay décadas en que no sucede nada, y semanas en las que suceden décadas”, decía Vladimir Lenin…. Podríamos haber vivido justo una semana como esas para los mercados financieros, y tal vez para toda la economía global… Hablo, desde luego, sobre el modelo chino de inteligencia artificial DeepSeek, que emergió la semana pasada y parece ofrecer resultados comparables a los de los mucho más caros sistemas en los que trabajan las empresas estadounidenses.
Notable cita de Владимир Ильич Ленин… ¿Te gusta?
DeepSeek acaba de hacer un masivo forado en la alegre narrativa (de las empresas USA que se creían solas en ese mercado…). Más ampliamente, nos dice algo importante sobre China y sobre adonde va la economía mundial.
Mi mejor suposición es que esto puede ser una mala noticia para el mercado accionario de los EEUU, y posiblemente una gran noticia para la Humanidad.
Louis Gave supo que DeepSeek cambiaría las reglas del juego en cuanto la vio. El pasado domingo por la noche, cuando los inversores estadounidenses empezaban a conocer la noticia, publicó un informe que denominó «Otro momento Sputnik».
(Explicación para los más jóvenes: El lanzamiento por la URSS en 1957 del Sputnik, el primer satélite terrestre, no fue sólo un logro científico. Los aterrorizados estadounidenses supieron de repente que la Unión Soviética volaba justo sobre sus cabezas. Fue el momento en que la Guerra Fría se hizo realidad. Louis Gave no es propenso a exagerar, así que su uso de ese término me hizo pensar).
Y van dos. La segunda cita menciona a la extinta Unión Soviética que, claramente, sorprendió al planeta cuando en 1957 (yo tenía apenas 9 años de edad…) lanzó el primer satélite artificial de la Historia. El personal salía a las calles de San Fernando por las noches, a contemplar un diminuto puntito blanco, una estrella movediza que surcaba el cosmos: el Sputnik. En esa época la propaganda “occidental” que reinaba en Chile decía que en la URSS no había nada que comer y por eso asaban a los bebés… (sic). ¿Captas?
El tema sigue siendo más o menos el mismo: la sacrosanta dominación yanqui en todo lo que cuenta: quedarse con la pasta, inventar inventos, contar cuentos, dominar a los débiles, pensar que los demás somos precisamente eso: débiles. Los débiles son ellos, débiles del cucumelo.
Esta vez es China, país al que los fabricantes USA de potentes microprocesadores tienen prohibido venderle los últimos chips para conservar una ventaja competitiva: liure mercao que le llaman. Lo que hoy está en juego, – esa es la pomada que venden –, es la novedad del año, la IA o inteligencia artificial, inteligencia que ahora viene en cajitas. ¡A precio de fábrica el juguete!
Mira si somos apañados, ahora puedes ser como el Gabo, un reboludo: te compras un poco de IA y yastá. La South Carolaina no puede: todo lo que podía suceder en un siglo sucedió con su paternal, quien concentró en el siglo XX lo que había de inteligencia, decencia y lealtad en la familia.
Pero no nos perdamos. El tema va de DeepSeek, la pinche empresa que le arruinó el business a Wall Street, mira ver:
“…la empresa logró una innovación inequívoca en la arquitectura de software que le permitió ofrecer un gran rendimiento en muchas tareas a bajo costo. Esto refleja una estrategia más amplia entre las empresas tecnológicas chinas en respuesta a los controles de exportación de EE.UU.: utilizar el software para sacar más partido del hardware menos avanzado.”
Hace poco te conté que Rusia, con una población de 143 millones de habitantes, gradúa más ingenieros que EEUU cuyo personal suma 337 millones de coca-cola drinkers. Ya puedes imaginar lo que ocurre con China…
DeepSeeker, con U$ 5,6 millones ya hizo lo que los genios yanquis planeaban hacer con U$ 300 mil millones. Competitiáh que le llaman…
Luego, ChatGPT o lo que inventen o ya inventaron, – los miles de millones de electrones que se mueven en los kilométricos circuitos de los microprocesadores de mis dos –, no es inteligencia.
Del mismo modo que un capitalito no genera riqueza (sólo el trabajo humano…), los circuitos solo circuitan, ¡no inventan nada!
Atesorar bibliotecas enteras, eso se llama memoria, uno escribe y el otro lee. Si lo puedes hacer a gran velocidad y ofrecer resultados… eso es una cosa. Pero crear, inventar, resolver, concebir, maternar, elaborar, fertilizar… eso, en mi modesto modo de ver, está reservado a la especie humana.
Si no me crees, mañana por la mañana pregúntale a tu ChatGPT qué es lo primero, el huevo o la gallina, y me cuentas la respuesta. O bien…
- ¿Qué entra duro pero sale blando, húmedo y suave?
- ¿De qué color sale un caballo blanco después de nadar en el Mar Negro?
- Antes de saber que el Everest es la montaña más alta del mundo, ¿cuál era la montaña más alta?
Ya ves, hay días que comienzan bien. Mi última lectura – Si Einstein avait su (Ed. Odile Jacob. Enero 2025. Paris), libro del premio Nobel de Física Alain Aspect -, me cuenta que el propio Alain Aspect, y él mismísimo Einstein, no entendieron, ni otros entienden hoy, el principio de entrelazamiento cuántico entre dos partículas elementales alejadas la una de la otra. Y se calientan la leche con el principio de indeterminación de Heisenberg, cosa que me había explicado – o tratado de explicar – junto con lo del gato de Schrödinger, el profe Guefelstein (Guelf, para los amigos) en mi Escuela de Ingeniería.
Por las tardes me deleito pensando en que el día que me resuelva a a doptar ChatGPT, o bien DeepSeeker, esas serán mis primeras preguntas.
Porque saber si Donald la va a cagar, o si Elon Musk es un nazi disfrazado de Professeur Tournesol, eso… ya lo sé.
Todo esto antes de acudir al copioso desayuno que cada mañana me prepara amorosamente Ольга Валентиновна…