por Luis Camilo Romero
Con lo demostrado hace unos días en la Asamblea Legislativa Plurinacional, después que Andrónico Rodríguez, aprovechando su condición de presidente en ejercicio de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) promulgara dos leyes, tenemos la evidencia para confirmar acerca de las intenciones por dónde se encamina la estrategia de una de las fichas que mueve Evo Morales en la ALP, más que un político, un fantoche que ahora sigue el libreto de su jefe máximo. Extraña postura después de la otra que comprobamos el domingo pasado en el Trópico.
El martes pasado lo sorpresivo fue que, mientras unos seguían el partido de fútbol de la selección, Andrónico muy comedido con el mandato de su “jefe” promulgó dos leyes, ante el asombro de la bancada arcista del MAS en diputados que tras conocer las movidas del hombre en el senado recordó que el Tribunal Constitucional Plurinacional declaró “nula” la sesión bicameral del 6 de junio.
Pero además de opositores en diputados, el ministro de Justicia y los renovadores señalaron de manera contundente que la promulgación de dos leyes “es ilegal e inconstitucional” y será el Tribunal Constitucional Plurinacional que se pronuncie al respecto y que también de este hecho derivarán sanciones contra el legislador evista.
En otra oportunidad habíamos remarcado que ALP, es el lugar donde no sólo se defienden intereses privados, es un parlamento “rosquero”, tradicional, conservador y donde los “doctorcitos de Charcas”, ya hicieron su juego sucio con el famoso “acuerdo” de 9 puntos en el año 2023, que habían firmado Andrónico Rodríguez con CC, y ejecutaron tal como estaba planificado incluso para ésta gestión de forma amañada.
Hoy, las malas costumbres del pasado en la ALP, curiosamente llegaron al propio Andrónico y lo grave es que no se da cuenta que son factores que se acumulan para que a futuro desgaste su trayectoria construida y respaldada por las organizaciones sociales que, como recordamos, fueron quienes lo postularon junto a David Choquehuanca a la presidencia y vicepresidencia respectivamente con el Pacto de Unidad en Huanuni, en el 2020.
Se hablará de un Andrónico que experimentó el duro trance de pasar “ríos de sangre”, porque actúa en contubernio con la derecha, para satisfacer los intereses personales de su “Jefe” y de sus afines, sin importar el daño que le hace a la democracia y a la institucionalidad del Estado, con lo que sirve también a los intereses de la oposición.
Tampoco se puede entender que los ahora “aliados” en la ALP, “colaboradores” del golpismo, se olvidaron que son un Órgano de Poder y tienen una tarea fundamental que es fiscalizar lo que hace el propio Órgano Legislativo. ¿Por qué se dejó presionar con esos entusiastas colaboradores? ¿O existen otro tipo de agendas secretas para más adelante con Andrónico?
Pero, ¿qué nos dice las jugadas que hace el propio Andrónico cuando después de aquella aparición sorpresiva en el trópico, a lado de Morales, hace como dice José Pomacusi, una triple gambeteada a su propio Jefe? donde simulaba ya no ser más “títere” de éste, que ya no le llamará “comandante” o “presidente” a Morales, y finalmente, que ya no hablará de “Unidad” en torno al “líder de los humildes”.
En ese juego sucio se confirma que Andrónico Rodríguez estaría viviendo horas decisivas con mucha presión por parte de Morales a que muchos habían adelantado que Rodríguez trabaja por debajo su candidatura 2025.
¿Es Andrónico, cuyo ascenso político una vez generó esperanza y promesas de renovación, quien ha sucumbido a una oscura sombra de pragmatismo político que ha empañado su legado y deshonrado la memoria de aquellos que perdieron la vida durante los trágicos sucesos de 2019?
¿Es Andrónico que prepara maletas para un viaje sin retorno y aventurarse a la candidatura de 2025 con el respaldo de los jóvenes del trópico cochabambino quienes le bautizaron como el “subcomandante” del proceso de cambio, dejando de lado los mandatos de su jefe máximo?
Las contradicciones de los que agitan la “guerra” del sinsentido son tan evidentes que han logrado que se pierda la credibilidad de los actores de la vida política o en cualquier gobernante. Hemos llegado al punto de poner en el canasto de la basura la ética que debería caracterizar a los servidores públicos, ya no existe discurso que pueda remediar este hecho.
Estamos viviendo un proceso cada vez más provocador que llama a demostrar nuestra militancia y compromiso a los cambios de las viejas estructuras sociales, económicas y políticas. Sobran los rostros de la traición, de los que nunca debieron estar, porque tienen un destino manifiesto basado en la individualidad, en la certeza de “su” verdad y no con la del pueblo.
Reiteramos una vez más que con éste tipo de conductas será difícil hablar de fidelidad, de coherencia o transparencia. Con estos personajes será muy difícil construir un proyecto histórico, peor si es un proyecto revolucionario.
Podemos afirmar que el “preso político” de quienes ambicionan el poder es el propio Andrónico que se ha sometido ahora a caprichos de una sola persona que no va con un proyecto revolucionario a futuro. ¿Andrónico, para quién trabajas?
*Luis Camilo Romero, es comunicador boliviano para América Latina y el Caribe