por Wilmar Castillo
Se ha demostrado en la práctica y en estudios, dentro y fuera de la academia, que las guerras del siglo XXI abarcan aspectos de la vida cotidiana de los pueblos como parte del arsenal militar moderno. Motivados por el control y explotación de los bienes naturales, la apertura de nuevos mercados para sus productos y la expoliación de conocimiento comunitario, las potencias mundiales han sofisticado su arsenal convencional y no-convencional para lograr estos objetivos. Dormimos y nos despertamos en medio de balas invisibles y otras palpables.
Es así como los Estados Unidos habla de “guerra multi dominio”, que descansa en tres pilares principales: Integración conjunta, la sinergia de capacidades tecnológicas avanzadas y el desarrollo de líderes que prosperen en escenarios caóticos y fortalezcan el “Mission Command” (Mattos, 2019). Las categorías como “integración”, “sinergia”, “tecnología avanzada” esconden detrás las tácticas irregulares, acciones terroristas, contratación de mercenarios junto a la coordinación de las fuerzas armadas estatales que actúan por tierra, aire y mar.
La aparición de actores armados que se esconden entre la gente o se disfrazan como tal, se consideran enemigos difusos (ISIS, Boko Haram, HAMAS, PKK, por dar algunos ejemplos), se suman a la batería de justificaciones que históricamente los EE.UU han creado para invadir territorios en el mundo. Por lo que junto a la existencia de “dictadores”, “regímenes comunistas o terroristas” y otras series de medidas arropadas como sembradoras del “terrorismo”, los enemigos fantasmas (comúnmente civiles) hacen parte del repertorio de amenazas contra el estilo de vida blanco-occidental-capitalista.
Otro ejemplo de la guerra integral e integradora en contra de la vida de las comunidades en su conjunto, son las fuerzas militares brasileras, que juntan su objetivo estratégico de defender la patria con el de impulsar el desarrollo nacional (Mattos, 2019). Este otro ejército, aunque no invade o asedia a otros países, se disolvió en la sociedad brasilera como el agua al combinar las actitudes ofensivas, defensivas y de cooperación/coordinación (las cursivas son mías) con agencias y otras instituciones (Mattos, p. 15, 2019) y al enfatizar la presencia, disuasión e inviolabilidad territorial de su concepción estratégica como ejército brasilero.
Llama la atención que estas modificaciones surgieron durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff (2003 al 2016), sustentadas en la tradicional confrontación entre Estados y las amenazas híbridas (las cursivas son mías), identificando once amenazas en el año 2016: acciones contrarias a la soberanía nacional, acciones contrarias al Estado democrático de derecho, armas de destrucción en masa, ataques cibernéticos, actividades ilegales que involucran bienes de uso dual/tecnologías sensibles, corrupción, criminalidad organizada, espionaje, interferencia externa, sabotaje y terrorismo (las cursivas son mías)– todas enumeradas en la Política Nacional de Inteligencia (Mattos, p. 13, 2019).
Esta transformación integral de las fuerzas militares brasileras durante la primera ola progresista en Nuestra América, responde a la continuación del enfoque desarrollista de la economía de estos gobiernos que requiere para su aplicación la desaparición de obstáculos sociales, de un brazo militar estatal fuerte y capaz de imponer y defender ese tipo de territorialidad, basado en la expoliación y explotación de bienes naturales por cuenta del capital privado transnacional (Fontana y Gontijo, 2023; Krasilshchikov, 2021).
Estados Unidos se ha caracterizado por el apoyo formativo y económico militar a los países que orbitan alrededor de sus intereses geo-políticos. Brasil no escapa a esta relación y traduce a su realidad nacional, las orientaciones norteamericanas en el ámbito militar que se basan en el control territorial y en la defensa del modelo económico capitalista. Sin embargo, esta primera parte se centra en el campo militar, hay más Estados que pueden servir de ejemplo, pero no es el tema central de este ensayo, por el contrario, este contexto sirve de referencia para entender la transformación de los diferentes ámbitos de la vida en sociedad en armas de guerra en los conflictos del siglo XXI.
Otras armas que también afectan la vida y a los territorios
Además del armamento bélico desplegado por el mundo, las potencias capitalistas desarrollan sutilmente otras tácticas guerreristas en contra de personajes y comunidades que se oponen a sus intereses político-económicos. Se sabe de los cercos diplomáticos, de la manipulación de los precios del petróleo, del secuestro de reservas de oro estatales en bancos mundiales (principalmente ubicados en Estados Unidos), así como las campañas sicológicas a través de empresas privadas de información y redes sociales (individualización y sectorización de los contenidos a través de la minería de datos) son otros tipos de arsenal que atacan la razón y emotividad, así como las condiciones materiales y simbólicas de vida de las sociedades, principalmente las de los sectores populares, con el ánimo de caldear un ambiente conflictivo que presione el cambio de gobierno y por ende se regrese a los lineamientos capitalistas.
Los pueblos venezolano y palestino dan fé de esta guerra híbrida anti-popular. En el vecino país, se han identificado estas etapas del plan intervencionista norteamericano: Mediático, desestabilización social, desestabilización institucional e intervención directa (Ceceña, p. 250, 2023); estas etapas no se entienden como un “paso a paso” sino por el contrario se dan simultáneamente en un proceso continuo, cuyo fin es la intervención directa (militar o blanda) para destruir el tejido social.
En el caso venezolano, desde la estrategia mediática, se centra en el uso de noticias falsas, la manipulación de la información y el uso de un lenguaje específico para referirse al Estado venezolano y su gobierno como “dictadura”, “amenaza nacional”, “régimen corrupto”, etc. (Ceceña, p. 250, 2023), para crear ante los públicos dentro y fuera de Venezuela, la idea de un país que se cae a pedazos por culpa del modelo de sociedad socialista. Aquí también vale resaltar el papel de la internet y las redes sociales como otro de los escenarios mediáticos de guerra.
Según Oscar Vázquez[1], las campañas contra el régimen bolivariano venezolano se ha difuminado como agua en los diversos lenguajes y poblaciones de las redes sociales, logrando captarlos en las ideas fuerza como “combatir la dictadura chavista”, “ser un héroe de la libertad” entre otras. Llegó como inyección ideológica a diferentes personas de la clase popular, como madres de familia, carpinteros o jóvenes estudiantes durante las guarimbas (Vázquez, youtube). Además, el uso del humor a través de memes e influencers también canalizan las ideas fuerza contra el gobierno y Estado venezolano, adaptándose al tipo de humor que se comparte y produce actualmente en las redes sociales.
Desde la muerte de Hugo Chávez, se ha modificado la estrategia mediática anti-venezolana, con publicaciones como la de Human righ watch bajo el título de “El legado autoritario de Chávez”; en el diario El mundo se puso en duda la guerra económica contra Venezuela, al mostrarla como una trampa discursiva del gobierno con esta publicación: “Según el FMI, la inflación en Venezuela en 2018 podría superar el 2.300 %. Sin embargo, el presidente socialista argumenta que los precios suben por una ‘guerra económica’ de comerciantes para ‘derrocarlo”. Así mismo, CNN y BBC han ayudado a justificar el embargo de cuentas venezolanas y sus reservas de oro, por parte de Estados Unidos dentro de las sanciones financieras y bloqueos económicos que esta potencia impone a los países que considera opositores (Ceceña, p. 260, 2023).
Esto se enmarca en los lineamientos que el Departamento de Estado y el Comando Sur imparten con su manual de Operaciones de Información, para trabajar “con nuestros socios para despuntar la actividad maligna en nuestro vecindario. Compartiremos información sobre las predatorias y opacas prácticas económicas de China alrededor del mundo con aliados y socios para incrementar el entendimiento de la influencia maligna de China. Negaremos a Rusia la oportunidad estratégica de controlar el espacio informacional en este hemisferio usando nuestro compromiso consistente y presencia para contar nuestra historia y disminuir los efectos de su campaña de desinformación (Southcom, 2019- Ceceña, p. 260, 2023).
Con esta guerra mediática se prepara la opinión de las personas para obtener el respaldo en las sucesivas acciones de intervención, implicando la indisposición del pueblo venezolano contra el gobierno nacional e ir cercándolo en diversos ámbitos institucionales y económicos para lograr su derrocamiento y posterior cambio por un gobierno afín a los intereses norteamericanos.
Palestina
Este pueblo ha estado sometido desde 1948 por el Estado israelí a ser destruido o expulsado de su territorio, a través de un ordenamiento territorial controlador y administrador de la vida cotidiana. La normatividad se ha creado como base jurídica que justifica las acciones de las instituciones israelís sobre el territorio ocupado, dando vía libre a la construcción de asentamientos judíos en la margen fronteriza con Palestina, promoviendo la organización armada de sus colonos, la destrucción o confiscación de viviendas y predios palestinos, la centralización del uso del agua superficial y subterránea, restringiendo el acceso a servicios públicos entre otros aspectos de la vida cotidiana palestina (Ceceña, p. 105, 2023).
La construcción de cordones militares alrededor de los centros urbanos palestinos con tecnología de control, vigilancia y obtención de información personal; al igual que la construcción de vías exclusivas para la población israelí en desmedro del desplazamiento palestino que se ve obligado a transitar por vías terciarias, comúnmente sin pavimentación y más largas, generando problemas para acceder a puestos de salud o centros educativos; dentro de la población palestina también se usan redes de informantes que suministran parte de la inteligencia que necesitan las fuerzas militares israelís para atacar blancos estratégicos de la resistencia palestina (Ceceña, p. 105, 2023).
La guerra asimétrica y urbana son las características principales de las acciones militares que desarrolla Israel en Cisjordania y Gaza. Estableciendo como objetivos y amenazas la infraestructura y población civil, así como sus espacios públicos y privados, destacándose el uso de alta tecnología de vigilancia para identificar “futuros enemigos”, la destrucción planificada de zonas urbanas, el atravesamiento de muros, el secuestro de personas sin importar su edad, la destrucción o restricción de espacios simbólicos palestinos y los ataques selectivos a distancia por medio de drones no tripulados o bombardeos aéreos (Ceceña, p. 115, 2023).
Estas acciones concretas de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) materializan la concepción de la guerra constante e ilimitada que este Estado despliega desde la invasión a la Franja de Gaza en 2008 (Ceceña, p.112, 2023), ya que su “enemigo” también se mimetiza entre la población civil, dificultando su identificación. La categoría que describe mejor este tipo de guerra es el urbicidio, como un estado permanente de invasión y estrangulamiento de las ciudades y campos palestinos, donde el papel de la ciudad se transforma para ser al mismo tiempo sitio y medio de la guerra (Abujidi, 2011, p. 325 en Ceceña, p,112, 2023).
¿Qué motiva estas guerras híbridas contra los pueblos y sus gobiernos propios?
Siguiendo con los dos casos mencionados, tienen en común dos razones para ser los blancos de las potencias capitalistas, principalmente de Estados Unidos: la existencia de bienes naturales estratégicos y la consolidación de un régimen no alineado con los intereses de dichas potencias occidentales. Por ejemplo, bajo el suelo venezolano se encuentran yacimientos de petróleo y oro (entre otros minerales); así mismo, sobre el suelo de este país se ha desplegado y consolidado un tejido social comunal con ejercicios de auto-gobierno bajo relaciones de cooperación y tensión fluctuante con el gobierno bolivariano (Gilbert y Marquina, 2022). En Palestina, tanto los yacimientos de gas y fuentes de agua potable junto a la autodeterminación del pueblo palestino para construir su propia sociedad, incluso bajo relaciones conflictivas con la Autoridad Palestina, principalmente después del fallecimiento de Yased Arafad. [2]
Se puede ver que los blancos que seleccionan aquellas potencias político-económicas y militares que sostienen al modelo capitalista, son esos pueblos y sus régimenes que buscan autónomamente delinear un modelo de sociedad diferente al modelo capitalista y que además, no se arrodille a las políticas mundiales de dichas potencias en materia de economía política y geo-política.
Así pues, los medios de información privados cumplen el papel de ambientar una opinión colectiva que apoye y legitime estas intervenciones internacionales, creando y repitiendo noticias sesgadas con fuentes institucionales para darle una supuesta validez institucional. Esta alineación entre intereses de Estados y empresas privadas reflejan no solo su papel en los conflictos mundiales e internos, sino que los expone como un actor activo en dichas confrontaciones, teniendo en cuenta el proceso de consolidación del carácter híbrido de las guerras en el siglo XXI.
Entre balas y noticias
Otro ejemplo de la participación de los medios de información y las redes sociales en las guerras híbridas del actual siglo, es la desarrollada entre Rusia y Ucrania cuyos bandos no se limitan entre las dos naciones, sino que hay detrás de cada uno, otros actores de diversa naturaleza respondiendo desde sus funciones a los intereses de ambos bandos. En el ámbito mediático, los diferentes medios de información y las redes sociales del bando ucraniano desplegaron desde el inicio de la confrontación, mensajes de solidaridad con el pueblo ucraniano mostrándolo como víctima de los ataques militares rusos, por ende, también se impone la idea de una legítima defensa ucraniana, al tiempo que se muestra a Rusia como lo malo en cabeza del presidente Vladimir Putin. Por su parte, el régimen ruso se muestra como el actor capaz de combatir a la Ucrania-Nazi y evitar la expansión territorial de Estados Unidos (a través de la OTAN y de manera directa) por el mundo. Estamos frente a la remasterización de las campañas anti-soviéticas y anti-norteamericanas de la guerra fría.
Las redes sociales son el otro escenario de la guerra. En X (antes Twitter), Instagram o Tik- Tok se despliegan hashtags y publicaciones de ambas partes con la intención de ganar adeptos respectivamente, desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. Campañas como #UkrainiansWillResist, #NATOterrorism, #StopRussia ejemplifican esta confrontación mediática y digital a nivel mundial (Torán, 2023), que según este autor, se despliegan las mismas intenciones políticas e ideológicas evidenciadas en la primera guerra mundial: Deshumanización del enemigo, difusión de imágenes del frente para dar tranquilidad, indignación o levantar la moral de la población de cada país involucrado en la confrontación y denunciar la destrucción de lugares simbólicos importantes por parte del adversario (Torán, 2023).
La diferencia con este siglo, es la expansión de los públicos dentro y fuera de los países en guerra y la inmediatez de los acontecimientos propios de la confrontación, gracias a las cuentas de los organismos estatales en conflicto y de otros actores estatales, privados, empresariales, religiosos, musicales, deportivos y con el nivel de referencia mundial[3] que se alinean con dichos bandos.
Beligerancia y concentración
Existen hilos invisibles que controlan la mano que dispara un fúsil y también de quién apunta con su cámara en un ángulo particular. Entonces como hay grandes intereses económicos en la industria militar de las potencias capitalistas (BDS, 2020), también hay grandes intereses económicos detrás de los medios de información y agencias de prensa con alcance mundial. Es el caso de los oligopolios The Walt Disney, Time Warner, News Corp, Viacom-CBS y Vivendi-NBS Universal cuyo control de medios se ha identificado hasta de 1.500 periódicos, 1.100 revistas, 2.400 editoriales, 9.000 radios y 1.500 cadenas de televisión (Pazos, 2020).
Para el caso de Nuestra América, también existen oligopolios que concentran medios de información que dominan la escena mediática, sumándole la característica de estar en contra, de forma beligerante, de los procesos de transformación social tanto de las comunidades como de aquellos impulsados por gobiernos progresistas que marcaron al siglo XXI. (Pazos, p, 72, 2020).
La ofensiva mediática se focaliza en los liderazgos de los gobiernos progresistas, para crear una imagen negativa y contaminar así los procesos colectivos que ellos apoyan, impulsan o defienden. Entre los adjetivos utilizados, el más usado es “populistas”: Se habla así de líderes de izquierda como populistas y como políticos irresponsables, demagógicos, sin contenidos ideológicos claros, con actuaciones y discursos que apelan solo a la pasión y emoción de «las masas» y no a las ideas y a la razón. (Pazos, p, 77, 2020).
Algunos casos concretos que ejemplifican esta concentración económica y mediática, son el de O´Globo en Brasil, propiedad de la familia Marinho. Esta acapara el 50% de la audiencia de televisión y la Red Globo tv está considerada la cuarta más grande del mundo y, desde luego, la primera de América Latina, con unas veinte cadenas de televisión. A lo que se debe sumar que tv Globo Internacional opera vía satélite en países como Estados Unidos, Chile, Argentina, Perú, Uruguay, Japón y algunos de África y Europa. (Pazos, p. 83, 2020). Además, la revista Forbes, publicó que el clan Marinho es el más rico de este país.
En México, el protagonista es el grupo Televisa, que controlaba el 65% de las frecuencias de televisión abierta, el 95% de la satelital, el 60% de las de pago (dato de 2014), el 68% de las audiencias televisivas, el 70% de la publicidad en medios electrónicos, el 58% de la publicidad de todos los medios, y poseía más de 450 revistas en veinte países del continente, según datos del 2010 (Pazos, p. 85, 2020). Sumándole a esto, negocios en 50 países, mientras la producción televisiva representa el 60% de sus ingresos.
En el caso colombiano, los protagonistas en medios de información son tres conglomerados: Organización Luis Sarmiento Angulo, el grupo Valorem y la Organización Ardilla Lulle (aunque el Grupo Prisa también cabe aquí con su monopolio radial); por el lado de las telecomunicaciones, Claro, del mexicano Carlos Slim, y en menor tamaño Telefónica de España, controlan ampliamente el mercado de la telefonía móvil y tiene fuerte incidencia en la televisión por pago (Becerra, M.; Mastrini, G. p. 124, 2017).
El poder económico de los Sarmiento Angulo abarca los sectores financieros, agroindustria, energía y gas, infraestructura, hotelería, minería e industria, construcción e inmobiliario y por supuesto, medios de información. En este último, en el 2012 compraron completamente la casa editorial El Tiempo, controlando así 25 medios de prensa, televisión y medios digitales; dos años después, este renglón económico les representaba el 25% de los ingresos totales. Por su lado, el Grupo Valorem (familia Santo Domingo, que cuenta con empresas en los sectores del turismo, la logística, inmobiliarias e industriales) son propietarios del Canal Caracol, el diario El Espectador, la cadena radial nacional Blue Radio entre otras revistas, medios digitales y la distribución cinematográfica con Cine Colombia.[4]
En el caso de la Organización Ardilla Lulle, tiene control de empresas en los sectores de la industria, agrícola y comerciales, siendo la empresa de bebidas gaseosas Postobón la más representativa de este conglomerado, o el equipo de fútbol Atlético Nacional en el campo deportivo colombiano.[5]En medios se destacan por ser la dueña del canal de televisión RCN y de la cadena radial RCN radio de alcance nacional. También existen clanes familiares o empresariales que tienen su poder mediático a nivel regional y desde allí han alcanzado parte importante de influencia en el país, como el caso de la familia Char de la costa caribe, dueña de la Organización Radial Olímpica, o el caso de la empresa Publicaciones Semana S.A que publica la Revista Semana, cuyo presidente de la Junta Directiva es Felipe López Caballero (hijo del expresidente Alfonzo López Pumarejo y nieto del también expresidente Alfonzo López Michelsen)[6](Becerra, M.; Mastrini, G. p. 125, 2017).
Con este panorama de la concentración de medios de información con algunos casos de Nuestra América, se empiezan a perfilar los referentes mediáticos de determinados actores de una sociedad, cuyos intereses y valores están claramente alineados con el neoliberalismo y por ende con una sociedad dividida en clases sociales, en donde se estrechan los puestos en la clasa alta y se amplían los lugares en la clase explotada. Y para que esto continúe, la beligerancia de estos conglomerados mediáticos se hace explícita en determinadas coyunturas nacionales o internacionales, bajo ciertas alianzas con los gobiernos de turno y con su participación directa en el congreso o en ministerios a través de miembros perfilados para cumplir esas funciones públicas.
En la dictadura militar de Brasil (1964-1985), hubo estrechas relaciones entre el régimen militar y los dueños de O Globo, al punto de dar su punto de vista de quienes debían liderarla, además de la compra de medios por parte del conglomerado en los primeros años de la dictadura, convirtiéndolo en un poder fáctico (Pazos, p. 83, 2020). El caso de Televisa y su relación con el expresidente Peña Nieto (2012-2018) para ayudarlo en sus campañas electorales, se evidencian desde el 2009 según la investigación hecha por The Guardian (Pazos, p. 86, 2020). Pero esta reciente relación hace parte de la larga colaboración entre el grupo económico con la política mexicana, más exactamente con el Partido Revolucionario Institucional –PRI-. [7]
Pero no solo en las complejas y secretas relaciones entre conglomerados mediáticos y otros actores políticos-económicos de una sociedad se exponen sus intereses de clase, basta con mirar la forma de presentar y opinar sobre las movilizaciones sociales de las comunidades y organizaciones sociales, como las campañas en contra de los gobiernos progresistas de la primera y segunda ola que llegaron a Nuestra América (Zibechi, 2017).
Son muchos los artículos y creaciones académicas sobre la cobertura de los medios masivos de información a las protestas sociales, especialmente a los estallidos sociales del 2019, 2020 y 2021, que desencadenaron cambios en las relaciones de poder de los países donde sucedieron (Chile, Colombia, Ecuador) (Villagómez-Rodríguez, 2019; Dussan y Vera, 2023; Herrera y Pozo, 2020). Los puntos en común de la beligerancia mediática privada son la estigmatización, individualización de manifestantes y reproducción del discurso oficial sobre la protesta social para hacer eco del rechazo de ciertos sectores sociales y económicos a estas manifestaciones callejeras.
Esta descarga de odio y rechazo contra las comunidades que se movilizan pacíficamente, es funcional en la guerra híbrida para imponer la opinión colectiva favorable al modelo económico capitalista, los actores que la desarrollan y defienden, al modelo de sociedad que la sustenta y el tipo de relacionamiento que requieren los mercados y negocios privados (individualismo, consumismo y explotación laboral). Esto constituye el pensamiento único que proliferan estos actores y sus armas mediáticas, restringiendo la democracia y la libertad de expresión (Pazos, p, 49, 2020).
Despejando neblinas
Al intentar retratar la guerra híbrida y su arsenal mediático, con sus complejas relaciones en los países donde existen, se ayuda a despejar la neblina que rodea el actuar de esos medios de información privados, que a este momento del análisis, podrían nombrarse como “empresas privadas de información”, porque su papel de informar desapareció cuando sus contenidos y puntos de vista se enmarcaron en el neoliberalismo, cuya premisa es convertir todo en mercancías.
Y recordando que las guerras híbridas modernas se imponen para continuar expandiendo mercados en territorios lejanos de los centros de producción capitalista a partir de la expoliación de los territorios, los conglomerados de contenidos, telecomunicaciones e internet también tienen su silla preferencial en las nuevas plazas abiertas con bombas y soldados. En esa medida, la libertad de expresión, el derecho a ser informado, el intercambio de ideas, el fortalecimiento de las voces propias comunitarias y el debate en medio de la diferencia, pasan a un segundo plano para imponerse el mercado de contenidos y servicios de comunicaciones, cuya hegemonía excluye a los actores que buscan promover las mencionadas libertades.
Con la neblina despejada, se identifican nítidamente a los actores guerreristas y se desenredan sus relacionamientos cómplices. Podría concluir que las empresas privadas de información y sus dueños también son actores de primera línea en los conflictos armados y sociales actuales, trabajando para sus intereses de clase social adinerada. Entonces es legítimo incluirlos en los debates impulsados para buscar las transformaciones sociales que emergen en estos momentos desde los sectores empobrecidos, excluidos y explotados; incluirlos también en las protestas que se desencadenan por los conflictos sociales, quitándoles el aura falsa de objetividad periodística, libertad de expresión y baluartes de la democracia.
Las comunidades indígenas reunidas en el Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente –AISO-, de Colombia, dieron un claro ejemplo del tratamiento a los conglomerados mediáticos, el 27 de septiembre del 2023. Dichas comunidades protestaron en la entrada de las instalaciones de la Revista Semana, denunciando las noticias y opiniones estigmatizantes que publicó esa revista contra esta población indígena[8], de forma pacífica y sin atropellar a ningún trabajador (a) que se encontraba a esa hora en la recepción del edificio. El mismo lugar donde también protestó un colectivo artístico, el 07 de mayo del 2021, en el marco del estallido social que inició el 28 de abril de ese año.[9]
Otro ejemplo de la inclusión legítima de actores no-armados en las protestas como rechazo a su papel en los conflictos actuales, son las acciones colectivas dentro y fuera de empresas que construyen armas y tienen negocios con Israel, o de aquellas cadenas mundiales de comida rápida que apoyan directamente las fuerzas armadas israelís,[10] a propósito de las acciones colectivas y marchas masivas en solidaridad con la resistencia del pueblo palestino en el marco del nuevo genocidio que ese Estado sionista viene desarrollando contra Palestina desde el Diluvio de Al-aqsa, el pasado 07 de octubre del 2023.
En estos momentos de cambios históricos, diversos sectores sociales se desprenden por la fuerza del modelo unipolar mundial, controlado por Estados Unidos, para impulsar sus proyectos de sociedad de forma autónoma. Esas autonomías implican modos de vida y relacionamiento con la naturaleza, donde se incluye la manera de crear, compartir y disputar las ideas, dentro de esa diversidad de formas en la comunicación (o comunicaciones), un punto en común es el rechazo de la comunicación que imponen el sector privado y sus clanes familiares, otro punto en común que se desprende de esto es la proliferación de muchos pensamientos, formas de vida y el diálogo entre estos. Sin embargo, el momento de parir ese nuevo orden mundial no-unipolar, está sufriendo fuertes dolores, viene sacrificando sangre pero sin perder de vista esos nuevos horizontes, cultivados por muchos años entre balas, ideas y negocios expoliadores.
Referencias:
Becerra, M. y Mastrini, G. (2017). La concentración infocomunicacional en América Latina (2000-2015): Nuevos medios y tecnologías, menos actores. Universidad Nacional de Quilmes; Observacom.
Brenda F. y Gontijo C. (2023). Los límites del desarrollo brasileño entre 2003 y 2016. Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, vol. 55, núm. 216, enero-marzo 2024.
Coleç. Meira Mattos, Rio de Janeiro, v. 13, n. 46, p. 83-109, enero/abril 2019
El militarismo israelí en América Latina. (2020). BDS Colombia.
Flores Herrera, V. y González Pozo, D. (2020). Estallido social en Chile 2019: comparación del tratamiento sobre el conflicto de la prensa tradicional y los medios nacidos en redes sociales. (Trabajo Fin de Grado Inédito). Universidad de Sevilla, Sevilla.
Gilbert, C. y Marquina Pascual, C. (2022). Resistencia comunal frente al bloqueo imperialista: Ruta Oriente. Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y Comercio Exterior / Viceministerio de Políticas Antibloqueo.
Krasilshchikov, V. (2022). Brazil: Emerging forever? A case study of the mid-level development trap. Springer.
Pazos, J. (2020). Medios de comunicación ¿al servicio de quién?. Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO ; Barcelona : Icaria Editorial ; San Cristóbal de las Casas-Chiapas : Cooperativa Editorial Retos; Bilbao – Bizkaia : Mugarik Gabe.
Zibechi, R. (2017). Movimientos sociales en América Latina. El “mundo otro” en movimiento. Bajo Tierra A.C, Comunidad Autonomía y Libertad (Comunal), El Rebozo.
[1] https://www.youtube.com/watch?v=qQRwMb99j7Q&list=WL&index=82
[2] https://www.youtube.com/watch?v=MLSmGZWWi14
[3] Recordemos cuando el Papa Francisco besó la bandera ucraniana junto a una delegación de niños y niñas que se la entregaron personalmente, compartiendo mensajes de apoyo al pueblo ucraniano. La imagen y la inclinación por uno de los bandos habla por sí sola. Vea la nota en: https://www.clarin.com/mundo/guerra-rusia-ucrania-papa-francisco-beso-bandera-ucraniana-bucha-condeno-horrenda-crueldad-masacre_0_GfXdJlA5mC.html
[4] http://www.monitoreodemedios.co/grupo-santo-domingo-valorem/
[5] http://www.monitoreodemedios.co/grupo-organizacion-ardila-lulle/
[6] http://www.monitoreodemedios.co/grupo-publicaciones-semana/
[7] La película de Luis Estada, La dictadura perfecta del año 2014, retrata fielmente esta cooperación política y económica entre un candidato presidencial y un emporio mediático nacional, que sin ir tan lejos, podría concluirse que Luis Estrada representó el caso del Grupo Televisa y Peña Nieto.
[8] https://www.youtube.com/watch?v=-KOqSx3gLRs
[9] https://www.las2orillas.co/agresion-directa-de-la-protesta-contra-semana-y-vicky-davila/
[10] https://www.lasexta.com/noticias/economia/perdidas-multimillonarias-mcdonalds-starbucks-puma-presunto-apoyo-israel_2024020665c245ec361b91000103c307.html ; https://espanol.almayadeen.net/noticias/politica/1851607/manifestantes-bloquean-empresa-productora-de-armas-en-reino