por Aureliano Ortega
Para Bolívar Echeverría (1941-2010), el problema de la relación del discurso teórico con la revolución comunista no representa un problema subordinado o marginal al interior del marxismo crítico, sino un tema central y propiamente constitutivo. Es por ese motivo que, a lo largo de su vida intelectual de casi cincuenta años, recurrentemente encontramos en las intervenciones de Echeverría, ya sean orales y escritas, alguna alusión a ese respecto o, para mejor, artículos o conferencias relativas al tema. Entre aquéllas, el documento que presentó y defendió en 1974 para obtener el título de licenciado en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM ocupa un lugar central, dado que en dicho trabajo expone las líneas de fuerza de su argumentación a partir de un examen riguroso y profundo de un texto fundacional del marxismo: las Tesis sobre Feuerbach de Marx, escritas en “un cuadernillo para apuntar mandados”, probablemente en 1845. La importancia del trabajo de Echeverría, a nuestro juicio, radica en el hecho de que el complejo de ideas allí expuesto constituye el fundamento teórico sobre el que reposa el resto de su obra filosófica. En principio, porque en dicha obra convergen y se anudan dos grupos de problemas que deben ser radicalmente enfrentados y resueltos como condición, o paso previo, a la propuesta de un marxismo no sólo profundamente renovado, sino radicalmente original. Nos referimos a la doble apuesta teórica que asume Echeverría en esos años, y que la enfrenta por una parte a la necesidad de definir y situar su propia posición de discurso al interior del marxismo, y por otra a establecer, con especial claridad, qué aspectos del pensamiento teórico heredado de Marx distinguen su marxismo de las formas en las que aquella herencia es asumida y cultivada por los teóricos y militantes mexicanos y latinoamericanos al inicio de los años setenta del siglo pasado.
Para Echeverría existe en las Tesis cierta originalidad irreductible con respecto a otras obras escritas por Marx en esos años, pues se revela en cuanto reconocemos el texto como una “totalidad significativa” y, mediante su reordenamiento, resolvemos el problema de su estructura “aparentemente accidental”. De esta forma reconoceremos, de igual modo, que el texto posee una “intención significativa manifiesta” que lo dispone como un momento decisivo en el proceso de fundación del discurso marxista. Reconocida esa intención primaria, las Tesis constituyen una “reconfiguración fundamental del campo de posibilidades de composición del discurso teórico comunista”, es decir, responden a una doble necesidad: la que Marx experimenta con respecto a su propia posición de discurso y, contemporáneamente, la que conviene al discurso teórico revolucionario. Ello se resuelve, de acuerdo con Echeverría, como respuesta inequívoca a las preguntas que interrogan por la posibilidad de un discurso teórico propiamente comunista, por la peculiaridad de su mensaje y por el modo específico e irreductible con el que éste soluciona el problema cardinal de su verdad o su objetividad.
A partir de estos señalamientos básicos, Echeverría reconoce en las Tesis tres temas o campos problemáticos, entre los cuales el primero destaca en calidad de premisa de todos los demás. Éstos son: a) el carácter dialéctico materialista (o práctico) “como carácter específico del discurso teórico comunista”, en cuyo curso se determina asimismo “a la actividad teórica como momento constitutivo de la praxis social material” (Tesis I, V, II y VIII); b) la determinación de la historia de las configuraciones de la sociedad como problemática específica del discurso dialéctico materialista (Tesis IV, VI y VII); c) la determinación de la necesidad histórica del discurso dialéctico materialista (Tesis IX, X y la última parte de la Tesis I); y la determinación del concepto dialéctico materialista de transformación social (Tesis III y XI). A partir de esa reclasificación, y través de un examen extremadamente cuidadoso y pormenorizado, Echeverría encuentra que la premisa, es decir, el emplazamiento teórico esencial y determinante del discurso teórico comunista, se construye o debe construirse a partir de un dispositivo conceptual dialéctico y materialista.
Pocos meses después de la muerte Echeverría, la editorial Itaca publicó en un volumen único las tres versiones publicadas del texto original, a saber: El materialismo de Marx, Sobre el materialismo (modelo para armar) y Enajenación, materialismo y praxis. A dichos textos agregó, lo que es manifiestamente un acierto editorial, la traducción del texto de las Tesis realizada por Echeverría, así como una transcripción de la última conferencia que éste dictara en abril de 2010, justa y no tan casualmente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. La conferencia, precedida por una pequeña entrevista, lleva por título Filosofía y discurso crítico y, podemos considerarlo así, constituye el “testamento” teórico y político de Bolívar Echeverría. Su asunto, en respuesta a la pregunta “¿se puede ser filósofo hoy?”, gira en torno a las necesidades de la crítica en el presente y a la urgencia de seguir resistiendo a la barbarie por medio de la reflexión y el pensamiento. Ciertamente el tono de la charla no es nada edificante, sino atravesado por tonos oscuros y observaciones lapidarias sobre el quehacer político e intelectual contemporáneos, para a fin de cuentas sentenciar:
Y por lo que respecta al pensamiento filosófico en el siglo XX, éste se autocercenó sistemáticamente al dejar de lado al discurso de Marx […] Hubo un autoempobrecimiento, una autorrepresión brutal por parte del discurso filosófico en las escuelas, en las facultades, en todo el establishment filosófico cuando éste decidió que el discurso crítico debía eliminarse […] A los que están entrenados en el pensamiento hay que decirles que no son ellos los que van a aportar el momento crítico sino que ellos son los que van a dar cuenta de que la crítica está en la vida misma, que está saliendo de allí.
REFERENCIAS
^ * Aureliano Ortega Esquivel (2016). “El materialismo de Marx. Discurso crítico y revolución. Bolívar Echeverría México, Itaca, 2011”, Valenciana, (7), 147–150.