1. La inestabilidad política como telón de fondo de las elecciones recién pasadas.
Durante el fin de semana recién pasado se llevó a cabo un nuevo proceso electoral de alcaldes, concejales y gobernadores regionales. Un proceso electoral en medio de bochornosas disputas y abusos de los diferentes sectores políticos que entran en los juegos del poder. Con un 67% de desaprobación a la gestión del gobierno de Boric, el llamado masivo del orden fue a participar del circo electoral.
Una serie de hitos del último mes empañaron la fiesta de la “democracia”, desde el sueldo millonario de Cubillos, la corrupción destapada por el caso audios del abogado Hermosilla, y los casos de violación y abuso sexual de bandos de oposición y oficialismo con sus representantes Macaya y Monsalve, han develado el estado de descomposición del sistema político liberal actual. Pero no es solo una contingencia que ensombrece la pantomima participativa de la burguesía, sino, y por sobre, todo, se ha mantenido de manera extendida un escenario de inestabilidad política que data de octubre del 2019 que no ha logrado ser revertido del todo.
Pese a que sigue en curso el pacto de relegitimación y dominación del orden, hoy con una cara eminentemente represiva, criminalizadora y contrainsurgente, no se logra recuperar una estabilidad política, entendida a lo menos como legitimidad de la institucionalidad, validación de los métodos de participación democrática, así como del sistema de partidos del poder. La inestabilidad política es un fenómeno profundo y de larga data que no logra ser revertido, aun si quiera con el manejo de los medios de comunicación o los diferentes aparatos de dominación. Esta crisis va de la mano inexorablemente de la actual crisis económica e integral del capitalismo, que no permite recuperar la anhelada armonía del sistema democrático liberal burgués.
Los resultados de estas elecciones no son nada nuevo. Desde el gobierno lo califican como un exitoso proceso, sin embargo, omiten las cifras de abstención y no profundizan en el estado subjetivo de las masas, manteniendo el divorcio entre la clase en el poder y su aparataje institucional de la vida cotidiana del pueblo.
2. La elección de no votar.
En la búsqueda desesperada de relegitimar la democracia burguesa, en los últimos años ha vuelto a instalarse el voto obligatorio. Una estrategia a lo menos manipuladora, pero también coercitiva, la burguesía y el bloque en el poder obliga a votar a cambio de evitar una multa que en un período de grave crisis económica resulta complejo no querer evitar.
Para las y los comunistas y revolucionarios, no votar es una alternativa legítima que debe defenderse ante discursos conformistas, de mal menor y oportunistas. Quienes consideramos la necesidad de la revolución debemos hacer el permanente llamado a tomar posición y rebelarse a este injusto sistema. No votar no es una elección infantil ni purista como el oportunismo y reformismo domesticado dicen, por el contrario, marca una posición política y una acción consecuente del llamado a rebelarse.
La elección de no votar tiene toda validez en el marco de una sociedad dividida en clases sociales, en donde todo el aparataje burocrático estatal se encuentra a disposición del control y dominación de una clase dueña del capital que, a su vez, se encuentra al servicio de los intereses de capitalistas extranjeros y potencias imperialistas. En ese escenario, no hay cabida alguna ni para el verdadero ejercicio de derechos para el proletariado y los sectores populares, tampoco para una redistribución equitativa del poder, menos de participación de la clase trabajadora en la toma de decisiones o administración del poder. Pues no olvidemos que el Estado es el máximo instrumento de control y dominación de una clase sobre otra.
En la sociedad actual el poder del Estado no está en las manos del pueblo, sino que en las manos de burgueses y terratenientes que administran el actual sistema para mantener sus privilegios y riquezas, y no escatiman ni un segundo en reprimir, asesinar y encarcelar a quienes se organizan y luchan por una sociedad libre de explotación y opresión. Es del todo falso el discurso de participación democrática burguesa que nos ilusiona pensando que quienes acceden a las migajas del gobierno local podrán establecer una verdadera diferencia en la correlación de fuerzas. Es democracia para ricos que, a ratos, permite uno que otro subalterno para demostrarse abierto a la diversidad.
Desde nuestra vereda, las condiciones actuales de la lucha de clases nos evidencian la necesidad de construir fuerza social y revolucionaria con independencia de las instituciones burguesas, con autonomía política e ideológica en perspectiva de la construcción de nuevo poder, antagónico y en contradicción con el viejo Estado. Portador de una nueva sociedad la que pone como prioridad la emancipación del proletariado y con ello la liberación de la humanidad toda de la bestia del capitalismo y el imperialismo.
Suena grandilocuente y lejano, pero es posible. La historia lo ha demostrado, Octubre Revolucionario nos lo recuerda. Con la revolución Rusa, China, Cubana, con las actuales guerras populares en curso en India y Filipinas.
La construcción de poder paralelo al del Estado y todo su aparataje burocrático institucional es urgente y tiene toda vigencia histórica. Esa es una de las principales tareas del presente, que van de la mano con deslindar con el oportunismo electoral de los sectores que se autodenominan de “izquierda” y “con una pata en la calle y otra en la institucionalidad”. Estos sectores solo confunden al pueblo y terminan concediendo los intereses históricos del proletariado a cambio de remanentes del poder.
Las y los verdaderos comunistas comprendemos que salvo el poder todo es ilusión y que deben ser las y los trabajadores quienes conquisten el poder, transformen radicalmente el sistema actual e instalen una nueva sociedad, la sociedad sin clases.
3. La putrefacción de la democracia burguesa una vez más queda al descubierto.
Parte de la inestabilidad política se relaciona con la crisis de la democracia como la conocemos hoy, que va de la mano de una crisis integral del capitalismo en su expresión política. La decadencia del imperialismo como fase superior del capitalismo se demuestra en el intento de mantener vivo un sistema político en descomposición. Esto se evidencia en los últimos sucesos de corrupción en los poderes del Estado (parlamento, poder judicial y ejecutivo), que ha sido trasversal y puesto en evidencia a partir del caso audios y la red de cohecho con el caso Hermosilla. Llamadas, mensajes de texto, fiestas, son parte de las gestiones que el abogado realizaba con la clase en el poder en su conjunto, independiente de la facción política al interior de esta. Es así que se destapa una red de influencia que involucra al Servicio de Impuestos Internos, a jueces de la Corte Suprema, a fiscales, a Policía de Investigaciones y Carabineros, así como a diputados y senadores desde Unión Democrática Independiente (UDI) hasta el Partido Socialista (PS) y el Frente Amplio (FA).
¿Qué queda después de todo esto? Que son todos mentirosos, todos ladrones de cuello y corbata. La apariencia de la separación de poderes del Estado, de su autonomía en el funcionamiento, de la objetividad de la justicia, de la transparencia de la gestión del Estado, de que las instituciones funcionan, todo ese imaginario se desvanece. La invención de la democracia está en franca decadencia y deja al descubierto que este es un sistema de corrupción y avaricia. Desde la acumulación originaria a partir de la explotación y saqueo de países coloniales hasta nuestros días, el capitalismo ha sido una historia de despojo y abuso de unos pocos sobre las grandes mayorías.
Y como si esto fuera poco, de hace un tiempo hemos venido enunciando el fin del gobierno de Boric. Una vez más el gobierno se transforma en su propio sepulturero, considerando ahora el polémico caso Monsalve. El gobierno feminista es golpeado por una denuncia de violación hacia la cartera de Interior. El PS, partido del orden hoy por hoy, no solo se constituye en el partido de la oficina y delación de los años noventa, sino también en el partido de la violación y el abuso total de poder.
Monsalve puso en crisis al gobierno que no ha logrado poner orden a la situación influyendo directamente en el alto porcentaje de desaprobación. Probablemente están buscando otro escándalo con el cual poder tapar esta situación.
4. Los abusos son y serán la tónica capitalista.
Caber recordar que los años de abusos de la vuelta pactada a la democracia (colusiones, corrupción, financiamiento empresarial a la política) fueron parte de los antecedentes que influyeron en el despertar del alzamiento popular de octubre del 2019. No podemos olvidar cómo la primera dama de ese entonces, Cecilia Morel, acusando la invasión alienígena asume que hay que dejar algunos privilegios. Sin embargo, la avaricia del capitalismo rápidamente hace que las y los poderosos pierdan la memoria, se sientan con niveles de impunidad tal que, en realidad, el abuso no ha cesado, al contrario, constatamos una vez más que es la tónica de la clase en el poder.
Cubillos y sus diecisiete millones de pesos de sueldo mientras más del 70% de las y los trabajadores en Chile gana menos de 700.000 pesos. Barriga se divierte en su parcela habiendo robado sostenidamente millones de pesos durante su gestión en la comuna de Maipú. Macaya y Valdivia nos recuerdan como la violencia hacia la mujer y las relaciones de opresión patriarcal en su expresión más brutal como el abuso sexual y la violación no han sido superados en la sociedad actual.
5. A frenar con solidaridad el avance de la dominacion reaccionaria.
En este escenario, claramente la cara reaccionaria de la agenda de dominación aparece como una salida cada vez más relevante para el bloque en el poder, ante la incapacidad de relegitimar el orden a partir de una estrategia democrática. La profundización del gobierno reaccionario una vez más se expresa en la tragedia del Instituto Nacional Barros Arana, con un incendio que dejó a una treintena de estudiantes heridos.
Sin considerar que los heridos y su grave estado de salud son jóvenes secundarios, muchos menores de edad, que son jóvenes combatientes que, debido a un sistema injusto y una educación de miseria deciden hacer carne la lucha popular. El poder hace caso omiso a esa cruda realidad y se centra solo en plantear la necesidad de usar el rigor de la ley y criminalizar la lucha de la juventud popular y subversiva, y perseguir no solo a los jóvenes sino también a sus familias.
Como comunistas y revolucionarios apoyamos la lucha del pueblo contra la opresión, la lucha por sus reivindicaciones y las manifestaciones de rebeldía a este sistema de miseria e injusticia. Solidarizamos con los jóvenes que están sufriendo las terribles consecuencias de salud debido a lo ocurrido y llamamos a no dejarlos solos.
Saludamos a las y los apoderados que con toda claridad defienden la legítima lucha del pueblo. Asimismo, repudiamos los discursos del poder que buscan orquestar un escenario favorable a la criminalización y judicialización no solo de los jóvenes sino también de apoderados y familias que han decidido apoyar y solidarizar con la lucha estudiantil.
Nuestra completa solidaridad a la juventud combatiente, a sus familias en estos difíciles momentos. Asimismo, nuestra rabia hacia quienes condenan a los que luchan, a quienes que utilizando discursos de defensa de la niñez solo ofrecen las rejas.
6. Las masas sobreviven a la crisis.
En este escenario, la crisis económica sigue golpeando a diario a las familias proletarias y populares. Las alzas de precios, la cesantía, la destrucción de empleos y la precariedad laboral no perdonan, aumentando el costo de la vida sin soluciones reales.
El aumento de pobreza en el país se agudiza junto con una crisis en el espacio doméstico muchas veces invisibilizado que agravan las condiciones de salud mental del pueblo. Atravesado por la economía, la falta de trabajo, las lucas que no alcanzan, adultos mayores dependientes de cuidados, falta de dinero y apoyo del sistema público para medicamentos y tratamientos, mujeres que subsisten con doble y triple jornada laboral, poblaciones asediadas por el narcotráfico, entre otras cosas.
En la olla a presión se cocina a fuego lento, y las y los pobres del campo y la ciudad luchan a diario por sobrevivir. Este sector de la sociedad siempre omitido, invisibilizado, claramente no forma parte de las disputas electoreras. Finalmente, da igual quien salga electo, la batalla por la sobrevivencia no varía si sale tal o cual personaje de la orquesta del poder. Este sector es el que probablemente va a votar porque es obligatorio y prefiere evitar la multa, pero en realidad en nada se siente representado, no confía en la institución y no siente ningún tipo de cercanía con los políticos que le hablan de sus promesas.
Pero no por eso es un pueblo ignorante, carente de sueños y necesidades. Repudiamos los discursos sectarios que culpan al pueblo por la crisis y fallas propias de este sistema caduco. El desafío está en lograr construir una alternativa junto al pueblo, el pueblo del cual somos parte, y volver a dotar de perspectiva transformadora, de recuperar la confianza del poder que se anida en el seno de las masas explotadas y oprimidas, y con ello que reviva la llama arrasadora de lo viejo.
7. Murmullos de descontento subsisten y a ratos vuelven a zonas los gritos de la rebelión.
Desde ya algunos meses hemos venido planteando que el relativo reflujo no se constituye ni en derrota ni en repliegue definitivo, por el contrario, es evidente que el pueblo mantiene sus luchas más sentidas como la tierra, la vivienda, el salario, la educación. Si bien lo realiza de manera parcelada y no en el nivel de masividad de octubre del 2019, se han mantenido activos focos de rebeldía, de protesta y de reivindicaciones por derechos populares. Educadoras de párvulos, manipuladoras de alimentos, profesores, trabajadores de la construcción, llevan adelante la huelga y movilización. Estudiantes secundarios y universitarios se movilizan por condiciones dignas en casas de estudios y contra la criminalización y la violencia patriarcal. Pobladores se mantienen en pie de lucha para defender las legítimas tomas de terreno y también se organizan en comités de vivienda de lucha.
El descontento se acumula, es una realidad, si bien de manera silenciosa. Murmullos de lucha y rebeldía se multiplican. El rápido apoyo sin dudar del pueblo hacia los estudiantes del INBA y las diversas expresiones de solidaridad concreta fueron una contundente demostración de la disposición solidaria por las y los que luchan. Las donaciones de sangre, las completadas y rifas se multiplicaron en pocas horas.
Asimismo, pese a los esfuerzos de la burguesía y el bloque en el poder por borrar el 18 de octubre de la historia y la memoria popular, este año se vivió una conmemoración a 5 años del alzamiento popular bastante más activo al año pasado. Se realizaron diferentes iniciativas en la mañana, medio día y tarde. Organizaciones estudiantiles, populares, sindicales, convocaron a un 18 de octubre que llevó a suspender el tránsito en la Alameda (Santiago) desde el medio día hasta la madrugada. Cientos de personas marcharon en el centro de la capital por la tarde y tantas más llegaron a Plaza de la Dignidad. En otras regiones también hubo expresiones de lucha y conmemoración demostrando que la apuesta del poder por instalar una aversión al “octubrismo” no ha dado resultado.
Mantenemos la posición de que estamos ante un período de crisis y descomposición del capitalismo en su fase imperialista. Esto se expresa económica, política, social y culturalmente. En un escenario mundial de guerras de rapiña, de transmisión en vivo del genocidio a pueblos oprimidos, de destrucción sistemática de la naturaleza, de abusos a ancianos, mujeres y niños. La descomposición actual solo será revertida con el ascenso de la clase llamada a transformar radicalmente la sociedad, el proletariado mundial. Vivimos la era de la revolución proletaria.
A su vez, Chile como país semi colonial, tiene sus propias particularidades, en donde el capitalismo no se desarrolla de igual forma que en países que son potencias capitalistas e imperialistas. Sin embargo, es necesario desarrollar los esfuerzos por constituir el partido comunista revolucionario bajo la conducción del proletariado en alianza con las clases oprimidas por la burguesía y los terratenientes.
Junto con la revolución proletaria, vivimos una coyuntura política de rebeliones. En la actualidad, los pueblos en el mundo se rebelan en diferentes y sucesivas oleadas. En Latinoamérica lo hemos vivenciado durante los últimos años. En escenario de crisis, la rebelión no solo se justifica, sino también es ley de la lucha de clases.
Sabemos que los murmullos de descontento nuevamente poblarán las calles a lo largo y ancho del país con la llama insumisa de la rebelión. Nos queda, por tanto, no solo avanzar en el partido, sino también en la construcción popular en lo hondo y profundo de las masas, en la articulación del campo popular y revolucionario, en la generación de capacidades de defensa integral de masas y de desarrollo de la protesta. El camino es largo, pero debe ser sostenido a diario, sirviendo al pueblo de todo corazón.
Ante la Precariedad de la Vida
Hazte, Comunista Revolucionario/a
La Rebelión se Justifica