por Héctor Llaitul
El exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, pertenece a una casta de traidores y rastreros que siempre aparecen en la historia.
Discípulo del socialista Marcelo Schilling quien desarticuló las organizaciones que lucharon contra la dictadura usando el soplonaje, la infiltración y el montaje. Desde La Oficina, siniestra institución controlada por el gobierno concertacionista, se propusieron aniquilar a los luchadores sociales que a principios de la década de los 90, se opusieron a la pseudodemocracia protegida por los militares y el imperialismo norteamericano.
Aprendiz de Mahmud Aleuy, operador de inteligencia durante gobierno de Bachelet y autor del montaje en el caso Huracán.
Cuando la Coordinadora Arauco Malleco irrumpe y da un salto cualitativo en la lucha contra el gran capital, por la demanda de territorio y autonomía, son los socialistas quienes nuevamente pasan a cumplir un rol principal y asumen puestos claves en la persecución de nuestros militantes. La CAM se convierte en una potente organización político-militar Mapuche que confronta directamente los intereses de las empresas extractivistas.
Y es ahí donde Monsalve entra en escena: basta recordarlo en su acercamiento al movimiento mapuche o en actividades de apoyo en la zona del Biobío de donde es originario. Pero prontamente se develan sus verdaderos intereses, pasando a cumplir tareas de inteligencia y seguridad. Durante el gobierno de Boric es nombrado subsecretario del Interior con grandes prerrogativas, para realizar un trabajo mancomunado con fiscales y policías en contra del movimiento autonomista, y es el responsable de la persecución y represión de nuestra organización.
Las acusaciones que hoy enfrenta Monsalve dan cuenta de la clase de personaje que nos hostiga y que nos reprime en las cárceles. No pueden ellos compararse con quienes luchamos por una causa justa, de liberación de nuestro pueblo, por la que entregamos nuestra vida de ser necesario.
¿Con qué moral nos pretender acusar, nos reprimen y encarcelan injustamente?
En efecto, con su actuar han tratado de demonizar la causa Mapuche inventando y mintiendo.
Para nosotros, y así lo creemos, lo que sucede hoy con Monsalve es la justicia que viene de la fuerza del Wallmapu, de nuestros Ngen y espiritualidad Mapuche.
Por lo tanto, las nefastas acusaciones, la persecución, represión y prisión política a los Mapuche, sumado a la militarización en el Wallmapu serán su herencia, es por lo que será recordado. Por reprimir al movimiento autonomista y ponerse al lado de los poderosos en contra de los oprimidos.
Monsalve cumplió un mandato del poder empresarial, usando la represión contra las comunidades, los montajes contra dirigentes y la persecución policial contra los Weichafe. Esto significó en los hechos, el encarcelamiento de muchos militantes de la causa mapuche. Una prisión racista basada en prejuicios y procesos viciados, con condenas altísimas, donde se nos continúa hostigando y se castiga nuestra cultura Mapuche. Este será su legado, así será recordado.
Una herencia que debe ser denunciada para que se terminen con estas políticas represivas en contra de la legítima y ancestral lucha de nuestro Pueblo Mapuche.
Amulepe Taiñ Weichan !!